No obstante, esa reacción que esperan los agricultores de esta hortaliza sí se produjo hace años con la sandía y desde entonces el consumo de esta otra fruta se ha disparado porque realmente ha recuperado el sabor, la textura y otros componentes que la hacen muy apetecible. ¿Por qué la sandía ha recuperado terreno? La respuesta es clara y sencilla: las empresas productoras de semillas ponen en el mercado cada año variedades más sabrosas y adaptadas a los diferentes tipos de servir esta fruta, bien de una pieza, partida o troceada. Además, el protocolo de corte es muy estricto y hasta se vigila el corte en verde por parte de la administración, con unos determinados grados brix de azúcar y la ausencia total de enfermedades que hayan deteriorado el producto.

Con el melón no pasa lo mismo, hay melones excelentes de sabor, pero al no estar cortados en su punto dejan de ser apetecibles para el consumidor. Este detalle lo reconocen en privado agricultores, comerciantes y productores de semilla por igual, sea quien sea el interlocutor dice lo mismo. Que el melón no sea atractivo para el consumo en la temporada más alta de su producción (primavera-verano) está provocando que las familias no lo consuman y los niños de la casa apenas sepan de qué fruta se trata. En palabras de los expertos “estamos olvidando a los consumidores del futuro. Si no conseguimos que nuevos paladares saboreen el melón, con el tiempo no va a haber quien lo solicite en el mercado”. Así las cosas, el esfuerzo por conseguir melones sabrosos se está perdiendo cuando la recolección se hace sin tener presente unos estrictos protocolos que aseguren la maduración y el contenido adecuado de azúcar para que la demanda de esta hortaliza se mantenga alta, al menos, en su temporada natural.

Quizá lo más preocupante sea que hay quienes saben perfectamente qué está pasando con el melón y lo ocultan hasta el punto que te dicen justo lo contrario. Vender melones verdes, escasos de azúcar y deficientes de sabor solo provoca una caída paulatina del mercado. Es cierto que hay grandes marcas que luchan y arriesgan resultados por tal de mantener la excelencia en la venta al consumidor de esta fruta, no obstante, todo tiene un límite y sería deseable que ese esfuerzo lo realizaran todas las partes implicadas: productores de semillas, agricultores, comerciantes, marquistas y todos los que intervienen en el negocio del melón. De lo contrario, seguiremos presentando nuevas variedades que pocos quieres y asistiremos a la caída de este excelente producto como ya ha ocurrido con otros. Hagamos las cosas bien. Ya hemos demostrado que somos capaces de hacerlo.

José Antonio Gutiérrez