Han pasado del sureste de Andalucía hasta la Comunidad Valenciana y Cataluña, incluso han azotado con fuerza las Islas Baleares.

Murcia está siempre en todas las quinielas cuando se acerca el periodo de estas precipitaciones tan violentas, pero este otoño parece que las cosas están siendo distintas, aunque aún no es tarde para recibir alguna sorpresa en forma de tormenta violenta, los murcianos pueden cantar victoria tras la sucesión de acontecimientos vividos.

Así de singular es la naturaleza, o te mueres de sed, o te ahogas. Unas veces te toca a ti y otras al vecino.

De cualquier forma, tenemos que considerar, y las autoridades deben de tomar nota de ello, que el fenómeno de las DANAs ya no es un hecho aislado que nos sorprende de vez en cuando a la finalización del verano. No, ahora se trata de un fenómeno continuo que cada vez que llegan los cambios de temperatura propios del otoño lo tenemos encima. Ya no es la típica ‘Gota Fría’ que hemos conocido siempre en la vertiente mediterránea de la Península Ibérica, ahora se trata de un fenómeno atmosférico de efectos incalculables que puede llegar a tener consecuencias devastadoras y para prueba de ello lo sucedido en Valencia el pasado 29 de octubre. Y también los granizos del tamaño de bolas de golf en El Ejido, en Almería, que destrozaron 5.000 hectáreas de invernadero con cultivos que estaban empezando a recolectarse.

Con todo esto lo que trato de decir es que hay que extremar precauciones y poner en marcha mecanismos que se activen en caso de emergencia, por lo menos para poder evitar pérdidas humanas.

Por los acontecimientos vividos, las DANAs y más concretamente lo que se han denominado como ‘Tren de DANAs’ son difíciles de identificar, algunas veces se detectan cuando ya están encima o cuando se han iniciado las precipitaciones. Es por ello que las medidas preventivas tienen que ser desarrolladas por expertos y adaptadas a la nueva realidad de la naturaleza que nos acompaña.

Lo que hace el agua lo percibimos cuando ya la tenemos encima. La fuerza devastadora la conocemos una vez que la riada ha pasado. Cuando hemos sido objeto de alguna catástrofe de estas características es cuando tomamos verdadera conciencia de lo que es una zona inundable, de por qué existe el cauce de una rambla, por qué de las dimensiones de un determinado caudal y así un largo etc. de datos que se manifiestan cuando ya es muy difícil reaccionar. Los largos periodos de sequía nos hacen olvidar que los cauces de ríos y ramblas están por efectos de la propia naturaleza y hay que respetarlos.

A ver si tenemos suerte en lo que queda de otoño y la Región de Murcia queda al margen de los efectos de estas DANAs que vemos por la televisión.

José Antonio Gutiérrez