Los portainjertos desempeñan un papel fundamental en la producción de cultivos y los beneficios de esta práctica han quedado en evidencia en el último cuarto de siglo. Ante retos para el tomate como la aparición del virus del rugoso (ToBRFV), empresas líderes como Syngenta han puesto sus esfuerzos en ofrecer a los agricultores, no solo un amplio catálogo de semillas con resistencias, sino también portainjertos que ofrezcan esa protección extra a la planta desde la misma raíz.

En este sentido, Rafael Salinas, Product Specialist en Syngenta, ha señalado que ya cuentan con cuatro portainjertos con resistencia intermedia al ToBRFV, de los cuales Kronosor (TIPR22-3083) y Fervour (TIPR23-3001) son dos de las opciones con mejores resultados en el campo murciano gracias a su alto vigor.

No en vano, el especialista en tomate de Syngenta, ha hecho hincapié en declaraciones a FHMURCIA en que “el virus puede viajar desde las hojas hasta la raíz y, por tanto, seguir produciendo daños y volviendo a ascender por la planta”. Así, Salinas insistió en que es una evidencia que “el virus se mueve por la planta por lo que nuestra recomendación clara es injertar para aportar esa protección extra, junto a otras recomendaciones como el uso de semilla certificada y determinadas prácticas culturales que minimizan el posible contagio”.

En cualquier caso, Rafael Salinas señaló que con el uso de ‘portas’ se obtienen “beneficios directos ante nematodos, fusariosis y ante situaciones de estrés abiótico como las altas temperaturas, incluso ante condiciones de salinidad; al final, los portainjertos aportan beneficios a la propia variedad, aumentando la producción y el calibre de los frutos, alargando los ciclos de producción para conseguir un producto de calidad y ayudando, por tanto, al agricultor a obtener un nivel de rentabilidad adecuado”.

Potente sistema radicular

Por lo que se refiere estrictamente a Kronosor (TIPR22-3083) y Fervour (TIPR23-3001), Rafael Salinas recordó que en las plantaciones de tomate de primavera-verano en Murcia, cuando apenas hay cambios de temperatura entre el día y la noche, la planta no deja de necesitar agua todo el tiempo. “En estos ciclos la planta trabaja todo el tiempo, está muy estresada y por eso recomendamos apostar por este sistema radicular fuerte que permita a la planta seguir creciendo y absorbiendo nutrientes y agua en el nivel adecuado”, indicó.

Además, más allá de la raíz, el beneficio de Kronosor (TIPR22-3083) y Fervour (TIPR23-3001) es que “buena parte de la energía que aportan estos portainjertos se evidencia en una gran floración, aumento del calibre de los frutos y más producción”. Por otro lado, el especialista de tomate de Syngenta apuntó que tanto Kronosor (TIPR22-3083) como Fervour (TIPR23-3001) “funcionan muy bien en ciclos de invierno porque son ‘portas’ adaptados a condiciones extremas.

No en vano, la planta ‘se para’ cuando hace frío y estos ‘portas’ ayudan a reducir esos parones, a que la planta siga absorbiendo nutrientes”. En cuanto a las diferencias entre uno y otro, Salinas apostilló que Fervour (TIPR23-3001) suma también la resistencia a la raza 2 fusarium (comúnmente conocida como F3) y, por lo que se refiere a las diferencias de estos portainjertos con el resto que hay en el mercado, aludió a su “sistema radicular muy potente con raíces pivotantes, raíces secundarias con gran cantidad de pelos absorbentes y con alta tasa de renovación radicular por lo que están continuamente ayudando a la planta, dando continuidad a la generación de hojas, de frutos y a su engorde”.

Finalmente, Rafael Salinas remarcó la recomendación de Syngenta de recurrir a los portainjertos con resistencia intermedia a ToBRFV porque “este virus sigue siendo una amenaza muy importante, se sigue extendiendo muchísimo y se mantiene en las fincas durante tiempo por lo que recurrir a portas como Kronosor (TIPR22-3083) y Fervour (TIPR23-3001) es una protección extra”.

Almudena Fernández