“Certidumbre. Eso es lo que contestaría si me preguntaran qué es lo que más necesita el compacto productivo español en este momento”, afirma Maury Fernández, general manager de Harmoniz Ibérica. “Cerramos una campaña en la que producimos menos y nos salvamos porque vendimos bien. Esa bajada en volumen es sintomática del estado general en el cual se encuentran los productores de tomate españoles”.

“Al ToBRFV y otras plagas emergentes, que al fin y al cabo son riesgos ‘inherentes’ de la industria, se agregan retos geopolíticos que no dejan margen de competitividad, a menos que no se reinvente otro paradigma de producción: la vuelta de Holanda a un nivel productivo anterior a la crisis entre Rusia y Ucrania, elevados costes de producción (desde la mano de obra hasta el agua) y, sobre todo, la creciente importación en UE de productos procedentes de países terceros, Marruecos en particular”, advierte un Fernández que señala que “hay que ser consciente” de que el país africano incrementará más de 5.000 hectáreas su superficie de producción hortofrutícola en los próximos siete años, tendrá más agua, y, sobre todo, cada vez más ventajas competitivas, ya sean logísticas, costes de mano de obra o falta de normativas sobre el uso de plaguicidas.

Por ello, para seguir siendo competitivos en el mercado de exportación de tomate, los productores españoles se ven obligados a abandonar la más tradicional orientación a los volúmenes. Por un lado, posicionando sus productos fuera del segmento commodities, apuntando a producir calidad innovadora basada en la diversificación y capaz de ofrecer nuevas experiencias de consumo con alto valor añadido; y, por otro lado, aumentando su nivel de profesionalidad, planificando e incrementando colaboraciones de amplio alcance que involucren cada actor de la cadena de negocio.

Este acercamiento al mercado radicalmente distinto, hoy imprescindible para la propia supervivencia del sector, es algo inherente al ADN de la empresa Harmoniz. El mismo nombre hace referencia a esa capacidad de la misma de crear armonía entre sus partes interesadas y la comunidad global a lo largo de la cadena, siendo también cierto que el concepto de innovación subyace a todo nivel sus actividades, tanto de I+D, como comerciales, y desde el principio se ha basado en la creatividad, la calidad, la diversificación y la distinción del producto.

Sus investigadores llevan años trabajando para hacer frente a desafíos agronómicos como el rendimiento y resistencia a patógenos, sin ignorar los más explícitamente comerciales como son la vida útil, sabor, valores nutricionales, frescura y atractividad del producto. Una doble perspectiva que le ha permitido consolidar su posición en el mercado como empresa líder y a la vanguardia en el desarrollo de variedades de tomate innovadoras, de gran sabor y resistentes a virosis como la “del Rugoso”.

Hoy en día, Harmoniz cuenta con alrededor de 20 híbridos resistentes, incluyendo los cherry pera rojos Basoche, Dormaplum, Flor de Andalucía, el midi plum Midres y las diversas especialidades de color como Cantando, TT-768, Tom Ruby, Yellow Drop y muchas otras. Lanzando además pronto versiones resistentes de las mejores variedades ya conocidas en la gama de Harmoniz. “Estamos muy orgullosos de poder ofrecer a nuestros clientes soluciones inmediatas, productos agronómica y comercialmente válidos y rentables cuya durabilidad ha sido probada y verificada, representando una inversión a prueba de futuro para los productores de tomate fresco”, ha concluido su general manager.