En la jornada, en la que han intervenido investigadores de IMIDA y genetistas de la empresa Fito, se ha puesto de manifiesto que la implantación de la estrategia del Pacto Verde Europeo y ‘De la granja a la mesa’, así como la próxima publicación del reglamento citado va a producir la reducción del riesgo y del uso de los productos fitosanitarios, con un mayor impacto en las sustancias que tienen un perfil toxicológico más desfavorable.

González ha explicado que “desde que el Ministerio dejó de conceder autorizaciones excepcionales para la desinfección de suelos con los formulados a base de 1,3 dicloropropeno y cloropicrina, los productores de pimiento prácticamente se han quedado huérfanos de herramientas para el control de los nematodos y enfermedades de suelo, con lo cual tienen que recurrir a métodos como la desinfección por solarización o biofumigación, con lo cual tienen que reducir sus ciclos de cultivo en más de un mes. Todo ello combinado con el uso de patrones y variedades resistentes”.

El secretario general de la Consejería aseguró que la nueva normativa da preferencia al uso de las alternativas biológicas, culturales y tecnológicas frente al uso de las químicas, “lo cual no es posible para muchos de los problemas fitosanitarios que se producen en los cultivos”.

“También es importante transmitir al consumidor que los productos fitosanitarios que utilizan nuestros agricultores antes de su comercialización y uso han tenido que superar una evaluación europea, y después nacional, por distintos grupos de científicos independientes, que aseguran que las condiciones de uso son seguras y que su impacto es mínimo para la salud de las personas, incluidos los grupos vulnerables, y para el medio ambiente”, concluyó.