Estas variedades vienen a formar parte de los esfuerzos de la compañía por ofrecer en la campaña de sandía fruta con un gran valor añadido por su buena respuesta a la postcosecha y a su calidad interna.

Margay es una variedad que destaca por su uniformidad en cuanto al tamaño de sus piezas, 5-6 kilos, firmeza y un gran “crunch” que la hace destacar como referente en aquellos momentos donde las recolecciones se puedan retrasar por causas externas, evitando el aumento de fruta de segunda o depreciada, empezando sus trasplantes a finales de marzo.

En cuanto al elenco de minis que van a aparecer, 50037 y 50041 destacan por presentar fruta con un excelente color rojo, una gran postcosecha que las hacen ideales para exportación, con pesos de 2,2-2,8 kilos para la primera y 1,8-2,4 kilos para la segunda, variedades que se pueden trasplantar desde primeros de abril hasta finales de junio según zonas.

Destaca la variedad 50041 por su resistencia a oídio, que la hace ideal para cultivos en ecológico.

“Con la introducción de nuestras variedades de sandías sin semilla, pretendemos cubrir las dos líneas de trabajo en cuanto a la calidad, y la necesidad del productor de mantener buenos niveles productivos, potenciando así el consumo y el cultivo de la sandía sin semilla”, señala Federico Puyo,  responsable de desarrollo de cucurbitáceas de Hazera.