La entrada en vigor de la Ley del Mar Menor en la región de Murcia, y con ello la calculadora de nitrógeno, es un ejemplo de este camino hacia la reducción del impacto ecológico en la producción agrícola. Los agricultores se van a ver forzados a reducir la cantidad de unidades nitrogenadas que aplican anualmente en el campo. Para conseguir que esa limitación en la utilización de nutricionales no se traduzca en una reducción de la capacidad productiva solo existe un camino, este camino es incrementar la eficiencia de esos nutrientes que van a ser utilizados. Las plantas no son seres aislados, aunque muchas veces las tratemos como tal. Viven en un ecosistema complejo que es el suelo. Entender el suelo como ecosistema y tenerlo en cuenta como algo vivo es la base para potenciar la eficiencia de los nutricionales. En Fertinagro han desarrollado Planes de Fertilización Integrales (PFI) específicos para cada ecosistema, teniendo en cuenta no solo el cultivo, sino todas las interacciones que suceden en la zona rizosférica. Este concepto de desarrollo es la base de la eficiencia de todos los productos incorporados en un PFI.

Como prueba demostrativa del impacto de las tecnologías desarrolladas bajo este concepto se han llevado a cabo ensayos agronómicos en el Centro de Demostración y Transferencia Agraria (C.D.T.A.) ‘El Mirador’. Para calcular las unidades máximas de nitrógeno que se van a poder utilizar durante el año se decide realizar un doble ciclo de apio más pimiento comparando la fertilización tradicional frente a un PFI ecológico de Fertinagro. Se analiza el suelo, el agua, la materia orgánica de fondo que se va a utilizar y las extracciones estimadas de nitrógeno de los cultivos objetivo. Para este caso en concreto, una vez todos los parámetros fueron introducidos en la calculadora de nitrógeno, esta arrojó un resultado de 209.91 unidades de nitrógeno por hectárea a repartir entre los dos ciclos de cultivo. Como podemos ver, con el PFI ecológico de Fertinagro se consigue reducir en más del 50% las unidades fertilizantes aplicadas al cultivo de apio respecto de la fertilización tradicional. Pero no solo el nitrógeno esta reducido, sino que se consigue una reducción global de unidades fertilizantes. Al final de este primer cultivo (apio), podemos ver como la reducción de nutricionales no tiene impacto negativo en le cosecha, incluso hay un incremento del 10% en la producción. Este incremento es debido a la reducción de las mermas en el plan de abonado ecológico.

El resultado no es solo relevante desde el punto de vista de este primer cultivo. Debido a la entrada en vigor de la Ley del Mar Menor y con ello la calculadora del nitrógeno, en la zona de manejo tradicional solo se va a poder utilizar 21.97 unidades de nitrógeno por hectárea, una cantidad muy inferior al uso normal de 240 unidades de nitrógeno por hectárea en pimiento. En cambio, en la parcela del ecológico aun podemos destinar 120,91 unidades de nitrógeno por hectárea para el segundo cultivo (pimiento). La realidad es que el segundo PFI diseñado por Fertinagro para el pimiento solo considera la aplicación de 80 unidades de nitrógeno para conseguir la máxima productividad. Con los datos de cosecha del segundo cultivo en la mano, se puede asegurar que han sido capaces de conseguir la máxima productividad de la parcela sin haber consumido todo el nitrógeno permitido. Este es un paso en el camino de la eficiencia agrícola, senda que Fertinagro lleva ya tiempo caminando.

FHMURCIA